Alpinismo: nada como la calma de llegar a la cima

Por Alejandra Valenciano.
El alpinismo es el deporte de montaña más antiguo y completo. En México, se tienen registros que atestiguan cómo esta actividad se practicaba desde desde la época prehispánica. Sin embargo, de acuerdo con la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, el alpinismo se convierte en el deporte que conocemos hoy en día a partir de que se realiza por mero placer y no únicamente como actividad exploratoria o de trabajo. Así, sostienen que el alpinismo responde a un impulso de superación individual que persigue el placer de llegar a una cima y observar el majestuoso terreno que se abre ante los ojos del caminante. Para quienes lo practican, ya sea de manera profesional o amateur, el alpinismo representa más que un deporte: es un estilo de vida y una forma de experimentar e interpretar el mundo que les rodea.

Mónica Venegas, alpinista amateur desde hace alrededor de cinco años nos comparte un poco de su experiencia en este deporte: “Al hablar de alpinismo hay que ser honestos y decir que en realidad sí es una actividad muy pesada, pero se disfruta. Cuando yo estoy arriba (de una montaña) suelo decir ‘no vuelvo a venir’, pero siempre vuelvo. Lo que me gusta del alpinismo es que te da independencia, espacio y soledad, pero una soledad diferente a la que conocemos, porque vas caminando, tratando de respirar y prácticamente no vas platicando con nadie”.

“El alpinismo te da la oportunidad de conectarte contigo misma en condiciones fuertes, y ves cómo la mente lo va manejando. Es un encuentro contigo del que no te puedes safar, porque no hay para dónde hacerte. Es un momento de paz y reflexión que no encuentras en la vida normal. A veces aunque estés sola es muy difícil que logres aislarte realmente del mundo. Por ejemplo, si quieres meditar, te llega una llamada o tocan la puerta. Además, el tipo de reflexión que logras cuando estás esforzándote físicamente es muy es diferente. No te distraes con cosas banales, solamente estás ahí, concentrada en respirar, en avanzar una vez más”.

Tú mochila debe contener:
- Botiquín
- Comida
- Agua
- Sleeping bag
- Manta térmica
- Una muda de ropa
- Filtro solar.
- Botas: Te ayudarán a conservar la temperatura. Pueden ser de cuero, plástico o gore-tex
- Calcetas térmicas: de polipropileno, aunque también hay de lana y algodón.
- Playera dry fit: Es de secado rápido y mantiene la temperatura.
- Pantalón: Debe ser de tela e incluir un forro térmico. No es recomendable la mezclilla.
- Chamarra: Prefiere las de materiales sintéticos, son ligeras y fáciles de secar.
- Guantes, gorro o pasamontaña: Mantendrán la temperatura de tus extremidades
- Lentes o googles de montaña: Deben ser 100% repelentes a los rayos UV.