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Románticas

Románticas

Por: Nadia Ocampo Psicoterapeuta relacional

En el arte, el romanticismo es una corriente que da el lugar central a la emoción sobre la   razón.

Los románticos viven expresando intensas emociones, son apasionados, creen en el destino y al sentir tan intensamente también se arriesgan a sufrir con la misma intensidad.

Ser romántico va más allá de actitudes y conductas temporales en determinadas etapas del desarrollo de una relación de pareja, comúnmente ubicadas entre el galanteo, noviazgo y primeros años de matrimonio. Es una condición de carácter de la persona que incluye hasta cierto punto tinte de pensamiento mágico.

¿Qué te define como romántica?

Creer en el destino:

Ante los avatares de la vida, encuentra explicación en el destino. “Encontrarnos ya estaba escrito”, “el destino esta trazado”, “lo que tiene que pasar ya está escrito”, son ideas románticas;

Amplio repertorio de expresiones de amor: No se limitan a la expresión oral. Cuando de amor se trata, hablan de ello, el decir te quiero o te amo es cotidiano y claro también les agrada que les endulcen el oído con ese tipo de expresiones. Además, buscan la forma de hacer saber al otro lo que sienten con acciones, atenciones y apoyo en situaciones diversas;

Viven apasionadamente las relaciones interpersonales.

Viven intensamente las emociones en general, pero se encuentran en una categoría aparte aquéllas que están asociadas al romance, pues al dejarse llevar por la emoción más que por la razón, rápidamente se involucran en las relaciones y tienden a la idealización del ser amado e incluso a los amigos. Esto puede ocasionar dificultades en las relaciones al sentir que no son correspondidos con la misma intensidad o compromiso.

En este mismo sentido, generan acciones con la intención de dar un toque especial a los momentos, justo en ese punto tenemos también un problema pues si bien    generar momentos agradables en las relaciones debería ser un constante, es muy complicado que esto sea realizado en la misma medida por el otro y que se mantenga en el tiempo. No es lo mismo la etapa de enamoramiento que tres años después, y los románticos buscaran que estas sensaciones sean igualmente intensas, lo que no se siempre se logrará.

Son soñadoras:

Las creencias del amor eterno acompañan las ensoñaciones de los románticos. Esto no constituye un problema siempre y cuando se base en experiencias vividas en la relación y no se precipiten tanto. Por ejemplo, iniciar preparativos de boda sin comunicarlo a la pareja, “para que esperar si está claro que somos el uno para el otro”; el soñar despierto y proyectar a futuro es una característica de gran utilidad en contextos laborales y profesionales, pero no siempre ayuda en las parejas. Vale más mantener “el romanticismo todos los días” que ponerse a “futurear en solitario.

El amor lo puede todo:

Ojo, ésta es la idea más peligrosa entre las románticas. Atribuir al amor poderes paranormales que lograran cambiar lo incambiable, mover montañas, acortar distancias, redimir entuercos o curar cualquier mal, es un peligro en potencia. Y en el antepenúltimo párrafo, que mejor diga: “Con el amor no basta, y esto es algo en lo que las románticas de corazón me dará la razón. Las decepciones son amargas, y el precio por mantener una ilusión puede ser muy alto”

Dar mayor importancia a la emoción sobre la razón puede parecer inofensivo, incluso es deseable en muchas ocasiones, pero es un peligro si hablamos de planear  o tomar decisiones a largo plazo.

No renuncies al romanticismo, pero monitorea constantemente tu comportamiento. El romanticismo expresado en lo cotidiano y conectado con la realidad, te traerá mejores resultados en tus relaciones que dejar volar la imaginación y la emoción.

HAIR: Marina Migliaccio

MUA Dani Martínez usando Mac

PHOTO Chris Chandler

MODELO Carson De Ford Models.

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