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SIQUEIROS arte y legado

SIQUEIROS arte y legado

La muestra: Siqueiros, Arte y legado, llevada a cabo en el Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México en mayo de 2023, presenta un grupo de paisajes y ejercicios pictóricos de David Alfaro Siqueiros (1895-1974) y su -braya la labor de los gestores culturales, investigadores y directivos que, des – de su adquisición en julio de 2002, reconocieron la importancia de custodiar, preservar, investigar y difundir este patrimonio cultural.

 

La exposición fue organizada en tres núcleos que integran catorce piezas, un documento, una serie de videos sobre el artista y el presente catálogo de la exposición. El primer núcleo, Más allá del muralismo, agrupó algunas piezas de paisaje en donde Siqueiros representó el territorio mexicano enfatizando el relieve geográfico a través del juego de materiales de acrílico, plastilita y tintas en ocres, rojos y naranjas. El núcleo, Siqueiros en Lecumberri, mostró un conjunto de obras de un artista versátil y experimental, en las que optó por elementos abstractos relacionados con el movimiento y el azar de la pintura sobre el papel. El último núcleo, Legado del patrimonio artístico en el Tec, muestra el catálogo de la última exposición realizada en el campus y una serie de videos sobre el artista. Asimismo, se exhiben tres piezas, dos de las cuales tienen un carácter geométrico relacionado con su última etapa de producción.

 

Este conjunto de obras se exhibió por última vez en 2004, en una muestra curada por Emma Hernández Tena y realizada por la entonces Dirección de Asuntos Estudiantiles a través del Departamento de Difusión Cultural. Poste – riormente, estuvieron en exhibición permanente, y en 2016 se decidió poner – las en resguardo temporal e iniciar su registro, catalogación y digitalización a través de Patrimonio Artístico de la Dirección Nacional de Patrimonio Cul – tural. En 2022, Sandra Lemus, colaboradora del Campus Estado de México, recuperó algunos de los documentos de adquisición de las obras de arte del acervo; ese mismo año la Coordinación de la Colección de Arte realizó un análisis comparativo con piezas de características formales similares de diversas casas de subastas y colecciones públicas, por lo que fue posible datarlas entre 1960 y 1964 y ahora exponerlas nuevamen – te. Con esta muestra de singularidades de su producción artística, se nutre nuestro imaginario sobre la obra de este pintor y conmemoramos una de las adquisiciones más valiosas del patrimonio cultural del Tec de Monterrey.

 

Una escenografía volcánica

 

La obra de este artista surge en el marco del mura – lismo, movimiento de arte público y monumental que llevaría su mensaje social a las clases prole – tarias e indígenas. Sus representantes más reco – nocidos, Diego Rivera (1886-1957), José Clemen – te Orozco (1883-1949) y David Alfaro Siqueiros, miembros de la “Escuela mexicana de pintura”, defendieron la democratización del arte encami – nado a temas nacionalistas, llenos de simbología y sumamente políticos. Más allá del muralismo, Siqueiros fue un artista versátil y experimental; produjo vasta obra de caballete, grabados y di – bujos. En lienzo representó el territorio mexicano de forma singular, enfatizando el relieve geográ – fico. Esta perspectiva del espacio estuvo presente en esta muestra, donde se pudo apreciar su visión revolucionaria.

 

La exploración de Siqueiros del abstraccionismo está presente en sus paisajes donde, además de integrar líneas en perspectiva, repite patrones geométricos, creando volumen y dotando a su obra de estructura y dimensión. Para Resplandor de la tormenta, utiliza una paleta cromática que incluye el granate, verde, blanco y azul para evo – car la textura del terreno. Al describir tan sinuosa superficie, emplea una luz cenital que resalta las partes planas de las rocas; por otro lado, no es – catima con el negro, pigmento que, mediante pin – celadas sueltas, utiliza para delinear los distintos planos, y finalmente, en tonos grisáceos, barre su incomparable pincel para esbozar las laderas.

 

Gustaba de aparentar con su pintura pesadez y rugosidad, dotar a la textura de sus cuadros de un peso específico que no obstante sería mecáni – camente imposible para el soporte de un lienzo: describir máquinas o masas geológicas. Siqueiros llamaba a esa cualidad: plástica dinámica”. (Po – sada, 2016) Mediante esta cualidad técnica logra comunicar el peso de la roca, su aspereza y soli – dez; sin aludir a un territorio determinado, por las cualidades de la roca volcánica, lo intuimos pro – pio, identificamos en él a México.

 

Documento y legado de Siqueiros en el Tec

 

¿Por qué hacer una exposición en estos tiempos de David Alfaro Siqueiros (1896-1974)? ¿Cómo hacer relevante de nuevo el legado de un pintor vasta – mente difundido y estudiado? ¿Qué valor aporta una exposición en el Tecnológico de Monterrey so – bre este artista? ¿Por qué “el documento” es rele – vante para esta exposición?

 

El arte mexicano a partir de mediados del siglo XX, se ha leído desde el orden institucional. Sin embar – go, su valor no sólo radica en el poder de la norma del estado, sino por ese impacto y aporte ideoló – gico y material a su sociedad. Es con base en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueoló – gicas, Artísticas e Históricas que el gobierno mexi – cano declaró la obra de diez artistas mexicanos como patrimonio artístico nacional. Entre ellos se encuentra Siqueiros, declarado por decreto nacio – nal el 18 de julio de 1980 como monumento artís – tico por su valor estético relevante (López Portillo y Solana, 1980).

 

Dicho así puede sonar ambiguo, no obstante, sería difícil negar el valor de la apor – tación de este artista en la esfera del arte público y social que todavía hoy resuena en el grafiti del arte mexicano y chicano; o el carácter innovador y experimental de su pintura en la construcción de imágenes, el uso de nuevos materiales y técnicas como la pintura automotiva y el action painting; sin dejar de reconocer el valor simbólico que legó a México con imágenes poderosas y muchas veces polémicas. Por otro lado, si bien fue un ferviente protector de los ideales revolucionarios, también formó parte de la élite de los artistas que reci – bieron apoyo del estado para ocupar muros de edificios públicos, y tuvo aliados privados, cuyos encargos perviven a la fecha como es el caso del Polyforum Siqueiros.

 

Como bien menciona Dina Comisarenco en su texto para este catálogo de obra, las obras que remiten al paisaje y elementos de la naturaleza que se presentan en la exposición: Siqueiros, Arte y legado, probablemente pertenecieron a la etapa de trabajo que realizó el pintor durante su reclu – sión en Lecumberri.

 

Sin embargo, hay dos piezas que saltan del resto: Cuatro mujeres y Ejercicio geométrico. Las cuales pudieron haber sido realizadas entre 1965 y 1974 en La Tallera de Cuer – navaca, cuando estaba trabajando en el proyecto del Casino de la Selva para Manuel Suárez, y que más tarde se incorporaron por sus dimensiones al Polyforum Siquei – ros. El carácter experimental con elementos de geome – tría en este recinto también son reconocibles en las dos piezas mencionadas, y quizá una posible conexión con esta etapa de producción del artista. Evidenciando nue – vamente la importancia de la documentación y estudio de la obra de un artista tan relevante para México.

 

La construcción de los recursos que documentan los acer – vos es una actividad que se vincula directamente con la conservación del patrimonio cultural. Los objetos de una colección son, en sí mismos, un documento que requiere, con base en forma y contenido, un proceso de ordena – miento por medio de su clasificación, catalogación e indi – zación (Hernández Hernández, 2001, p. 15). En este punto, vale la pena resaltar la importancia de la memoria, como un recurso inmaterial de quienes gestionaron, custodia – ron y ordenaron en distintos momentos la colección, y que en muchas ocasiones pervive también gracias a sus registros documentales. En consecuencia, el trabajo que se ha realizado desde la Dirección Nacional de Patrimo – nio Cultural ha sido conocer qué se tiene, cómo se tiene y estructurar un plan priorizando su conservación y difu – sión, destacando la importancia cultural y valor dentro de la institución. En esta lucha contra el tiempo por la con – servación de la materialidad y la memoria de un acervo, coleccionar va de la mano de preservar y de documen – tar. Cuidar los registros documentales de las colecciones permite analizar, catalogar e investigar el patrimonio cul – tural y lo hace nuevamente relevante.

 

Más allá del valor documental que aportan estas piezas y la presente exposición, es importante hablar de este artista, en el marco del Tecnológico de Monterrey, al ha – ber sido un creador abierto a la experimentación, a la innovación, a la tecnología y cuyo fin último fue dejar un legado para México. Valga pues esta muestra y el inicio de un espacio en el Campus Estado de México, para di – fundir no solo la obra de este artista, sino la de otros de la colección, y propiciar la relectura con artistas invitados que puedan hacer partícipes a nuestra comunidad estu – diantil.

Lizette Zaldívar Larrañaga

Líder internacional de patrimonio artístico del tecnológico de Monterrey.

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