Leyendo ahora
La paternidad

La paternidad

LA PATERNIDAD

Ciertas ideologías modernas siguen sembrando una gran confusión sobre la noción de paternidad o de maternidad bajo el pretexto de la igualdad de derechos. Es verdad que todos somos iguales en dignidad, pero no es menos cierto que la diversidad en dones, carismas, cualidades o defectos, servicios, responsabilidades, etc., son enormes y al mismo tiempo complementarios cuando se vive en el Amor y en la Verdad.

Consideramos y llamamos padre o madre a quienes nos dieron la vida o a quienes nos adoptaron sin ser nuestros padres biológicos. Sin embargo, Jesús dice: “No llamen Padre a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre, el que está en el Cielo.” (Mt 23, 9) De Dios, origen y principio de todo lo que existe, todos hemos recibido y seguimos recibiendo el soplo de vida que hace de nosotros hombres y mujeres a imagen de Dios. “Fuiste tú quien me vistió de carne y piel, quien me tejió con huesos y tendones. Me diste vida, me favoreciste con tu amor, y tus cuidados me han infundido aliento.” (Job 10:11-12) “Tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de mi madre; yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras.” (Sal 139, 13-14) La verdadera paternidad pertenece a Dios.

Para saber pues en qué consiste la paternidad tenemos que conocer a Dios y como a Dios nadie lo ha visto no nos queda otra que contemplar y aprender de aquél que, viniendo de Dios como Hijo, Jesús, nos revela al Padre en sus palabras y en sus obras: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.”(Jn 14, 9)

Muchas son las características que Jesús nos manifiesta del Padre. La primera es el Amor, y un amor incondicional, autentico y sólido, y por eso mismo exigente, que promueve el bien del hijo bienamado y brinda oportunidades. Un amor compasivo con la debilidad, pero firme en la Verdad.Sean compasivos, así como su Padre es compasivo.” (Lc6,36) Reprende y corrige cuando es necesario, pero siempre con la confianza puesta en la capacidad de todo hombre de superarse a mismo en todo lo que es justo y bueno. Corregir, orientar, son exigencias del mismo amor que quiere el bien del otro. Dios nos disciplina con un amor paternal “porque el Señor al que ama, disciplina… Si quedáis sin corrección, cosa que todos reciben, señal de que soisbastardos y no hijos… Cierto que ninguna corrección es de momento agradable sino penosa, pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella” (Heb 12, 6-9, 11).

Siempre con respeto de la libertad; libertad que, si bien necesita estar bien formada y bien orientada en un proceso normal de crecimiento en edad y en maduración humana, deberá ejercer su propia responsabilidad ante Dios y ante los hombres.

Es consolador:Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.” (II Cor 1, 3-4)

Nos protege, nos valora, y provee para nosotros: “Nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre.” (Jn 10, 29) “Él hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. (Mat 5, 45)

Ese Amor es fiel, ocurra lo que ocurra, pues su interés no es su propio bien sino el bien del bienamado; con el corazón siempre abierto y acogedor, especialmente en los momentos difíciles de la vida e incluso y, sobre todo, cuando el hijo se extravía, se aleja del bien, comete los peores errores: “Él es bondadoso para con los ingratos y perversos. (Lc 6, 35)Recordemos esa bella parábola del hijo pródigo que después de despilfarrar toda la buena herencia recibida de su padre se encuentra solo y abandonado de todos, humillado en su propia dignidad y que, volviendo a la casa paterna por pura hambre, el padre lo acoge y lo cubre de besos e incluso hace una gran fiesta porque dice: “este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida(Lc 15, 24)

Recuperemos pues esos valores para construir una sociedad en la que dé gusto vivir unidos en el Amor y en la Verdad. Familias sanas y unidas que, a través de duros combates, sin temor al esfuerzo ni al sufrimiento, sean oasis de paz donde todo esté ajustado a la verdadera dignidad de hijos e hijas de Dios.  

Padre Luis Matos

parematos@yahoo.fr

COPYRIGHT 2020 LUVAN MAGAZINE. ALL RIGHTS RESERVED.

Scroll To Top