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Pensar no es malo

Pensar no es malo

Pensar no es malo 

 

Es un hecho que nuestra mente nos protege de los peligros y nos ayuda a sobrevivir. El problema viene cuando nos creemos todo lo que nuestras mentes cuentan, sobre todo cuando nos convertimos en los mejores guionistas de nuestras propias películas e imaginamos los peores escenarios posibles.

 

Nuestra mente nos atrapa, unas veces salta de un pensamiento a otro en segundos y otras veces se queda enganchada en algún tema o situación generándonos un gran malestar.

 

Sin embargo, podemos aprender a desarrollar una nueva forma de relacionarnos con nuestros pensamientos otra que la de Fusión Cognitiva generando una mejor unión con nosotros mismos y nuestro entorno.

 

De acuerdo con www.psicopedia.org, la fusión cognitiva es la tendencia a creer literalmente los pensamientos y sentimientos y se puede resumir como: “Soy lo que pienso”.

 

La fusión cognitiva pudiese tener aspectos positivos, sin embargo, en la mayoría de los casos es una limitante en la vida, pues en gran porcentaje las personas solo tienen pensamientos negativos.

 

La psicología en base a la terapia cognitivo-conductual trabaja en querer liberarnos y crear estrategias frente a lo que nos hace sufrir para generar una mejor unión entre nosotros y nuestras mentes.

 

Recordemos que el dolor es algo muy común en el ser humano que evitamos o intentamos controlar; cualquier emoción, pensamiento, sensación o situación que nos genere malestar nos pone en situación de angustia; para liberarnos de ello debemos encontrar una terapia que nos ofrezca herramientas con las cuales nosotros podemos fortalecer la correlación humano-mente.

 

Muchas veces nos dejamos llevar por nuestros pensamientos y las emociones alejándonos de la vida que realmente queremos vivir y no se trata de evitar de luchar, de pensar en positivo o cambiar pensamientos y emociones desagradables por agradables, se trata de abrirse a la experiencia tanto positiva como negativa.

 

Porque para intentar deshacernos de lo que nos genera malestar ponemos en marcha estrategias de control como intento de solución, por lo que lo único que conseguimos es aumentar la sensación de desazón.

 

Es decir, la solución se convierte en un problema y así se entra en un círculo vicioso.

 

Por ejemplo, tenemos un prurito de piel con su consecuente picor (problema) y para solucionarlo nos rascamos (solución), pero en este caso cuanto más nos rascamos, más aumenta el picor y la irritación (problema). La solución se ha convertido en una nueva dificultad.

 

En la vida hay una parte del dolor que es inevitable; nos enfrentamos a situaciones, pensamientos, sensaciones, emociones y actitudes que nos van a generar malestar, el problema es cuando viene la resistencia a ese dolor: no queremos sentirlo.

 

Al intentar deshacernos de lo que nos genera malestar ponemos en marcha estrategias de control como intento de solución por lo que lo único que conseguimos es aumentar el sufrimiento.

 

Entonces te pregunto ¿qué haces y cómo manejas el estar en unión contigo y tus pensamientos?

 

Yo te propongo que como parte de tu terapia analices las estrategias erróneas que utilizas y te causan desazón.

 

Psicóloga Mónica Martín del Campo (Coach en Desarrollo Humano, Psicóloga y Especialista en Fitocompuestos en Lucy Garden, Averigua

@monica.mdelc

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