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Y nuestras almas se unieron

Y nuestras almas se unieron

POR LUNA DEL VALLE

 

 

Y nuestras almas se unieron

Aquel día nunca imaginé la sorpresa que el universo me tenía destinado, desperté como cada mañana para alistarme y comenzar con los pendientes de casa antes de salir rumbo al trabajo. Un vestido azul de satín, con tacones en color camel y accesorios en dorado eran el outfit elegido una noche antes, hoy no hay nada especial pensé.

Al llegar a la oficina un joven desconocido se encontraba en el área de recepción, un simple y cortante “buenos días” dije y seguí de paso a mi escritorio, recuerdo que al estar sentada en mi espacio, y sin que lo notará él, lo observé detenidamente. Una camisa y pantalón de vestir en colores blanco y gris, calzando unos zapatos negros, le quedaban perfectos con esa hermosa sonrisa que se formaba con esos labios carnosos.

  • Ya Julianna compórtate, me dije. Seguramente es algún abogado que viene de paso.

Minutos más tarde arriba mi jefe para presentarme a la persona que se integra al equipo de trabajo de esta oficina y sí, era ese joven apuesto y sonriente, de mirada interesante.

  • Mucho gusto compañera, mi nombre es Antonio Valencia.
  • Un placer Antonio, soy Julianna, bienvenido seas a la oficina y cualquier cosa en la que te pueda ayudar no dudes en preguntarme.
  • Julianna ¿dijiste cualquier cosa?
  • Ash, no supe qué contestar y solo me limité a sonreír.

 

Nuestro horario laboral de casi 10 horas, la convivencia diaria, los momentos de jugueteo que teníamos, pero sin duda lo que más disfrutaba eran nuestras interminables pláticas en las que cada vez nos íbamos conociendo más, en las que no ocultábamos ni una parte de nuestra alma, y sin ser conscientes de lo que estábamos construyendo, íbamos dejándonos grabados en el corazón del otro, nunca había experimentado una conexión con alguien en la vida como con él.

No recuerdo con exactitud cómo comenzó nuestra historia, el tiempo seguía transcurriendo y nuestra relación iba uniéndonos cada día más. Un día el exceso de trabajo nos hizo laborar hasta tarde y al terminar con nuestros pendientes, sin mediar palabras y en el silencio de la oficina, nos desnudamos el cuerpo y el alma. Si es cierto que existen las vidas pasadas, juro que mi alma reconoció la de él, cuando nuestros cuerpos se fusionaron, una energía comenzó a recorrer mi cuerpo dejándome la piel erizada y con una leve sensación de inestabilidad, de manera inexplicable las lágrimas aparecieron por mi rostro, “¿qué me está pasando?”, pensé.

Inhale y exhale tratando de controlar mis sensaciones, cerré los ojos y recuerdo haber escuchado una voz en mi interior que me dijo “Es él, nos hemos vuelto a encontrar”.

Nuestra historia dio un giro de 180 grados los últimos 7 años, cada uno continuó con su vida y ambos hemos tenido grandes lecciones que se han convertido en memorias, recuerdos y aprendizajes.

Hace 2 meses decidimos alterar el destino, un mensaje, una llamada, un café nos recordó que nos debíamos una charla con el corazón abierto, esa conversación nos dio la oportunidad de volver a reescribir esta historia. De comprobar que todas aquellas cosas que se grabaron un día en el corazón, ahí permanecen, pareciera que el amor estaba intacto, que nuestros recuerdos, jugueteos y pláticas esperaban pacientes nuestro encuentro, la energía emitida por ambos aquella noche que nos vimos, nos hizo unir nuestro cuerpo y nuestras almas una vez más.

P.D. Lee esta historia si alguna vez tienes que recordar cómo fue que nuestras almas se encontraron en esta vida, Antonio.

 

 

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