ROMANCE
Tenía días sintiéndome mal, y no me refiero a algo físico, la nostalgia y melancolía llegaban con mayor frecuencia en cada uno de mis pensamientos, imaginaba que tal vez la causa fuese por que pronto llegaría mi periodo menstrual, el estrés en mi trabajo, la luna llena, por haberme ausentado de mi práctica de yoga y meditación o por el hecho de…. ¿a quién quiero engañar? La lista de posibles cosas o motivos por los cuales la nostalgia y la melancolía estaban presentes podría ser muy larga, pero la mía tiene nombre y apellido, de ojos color miel, estatura media, complexión robusta y unos labios que en cada beso me llevaban al cielo.
Once meses han pasado desde que nos vimos por última vez, salgo al balcón de mi departamento y a lo lejos alcanzo a ver la puesta del sol, me apresuro a ponerme mi sudadera favorita (aquella que una vez me prestó al salir de su casa), leggings y tenis, bajo rápidamente y me subo a mi bicicleta rumbo al andador de la playa, mi sitio favorito para ver los atardeceres, no sin antes pasar al café de Los Hermanos Ruan, por un latte de lavanda.
Hoy el andador no está tan concurrido como otras tardes, tal vez sea porque la temperatura comienza a descender, no tardo mucho tiempo en encontrar un espacio donde apreciar lo hermoso de este atardecer, pero en el momento en el que todos mis sentidos miran al horizonte tu recuerdo vuelve aparecer, esta vez me permito sentir, me permito observar cada uno de los pensamientos que llegaron como abejas a la miel, cierro los ojos e inhalo lo más profundo que puedo y me repito durante mi exhalación “esto también pasará”, el viento acaricia mis mejillas, mi cabello, recuerdo aquel día en el que nos escapamos del mundo para refugiarnos en un acantilado, me abrazó por la espalda, escuchaba su respiración, podía sentir como su abdomen se expandía en cada inhalación, grabé en mis memorias sensoriales su olor, su calor corporal, en mi mente sus palabras y en mi corazón su amor.
Cada uno de los pensamientos y sensaciones se las entregó al viento, él se lleva todas aquellas cosas que nos pesan en el alma, que nos duelen o nos anclan, es momento de desempolvar este par de alas que el universo me dio, es hora de volver a soñar, crear, creer y de volar.
Luna del Valle