ROMA

ROMA

Desde hace años realizo cuadros, dibujos y fotografías en donde el paisaje y la arquitectura son el medio para hablar de la necesidad de encontrar un lugar en el mundo o de nuestro afán por trascender, de salir fuera de nuestros límites y conquistar aquello que no alcanzamos a ver desde nuestra posición de partida; del miedo a lo desconocido cuando cruzamos la frontera del hogar.

Trabajo por series, cada una con sus características, sus reglas específicas, pero todas tienen en común que hablan del tiempo, doy vueltas a qué es trascendente y qué contingente, pienso en la idea de hogar, de ciudad, de acogida, juego con elementos del pasado, de la Historia para imaginar mundos futuros. Creo que con esa estrategia al final estoy intentando comprender el presente.

Desde hace años he conseguido centrarme en lo que realmente me gusta, creo que he tenido mucha suerte.

Todas las imágenes que os he enviado pertenecen a la serie “ROMA”. A continuación os cuento cómo surgió.

Hace poco entré al Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (España). Al mirar las esculturas, en los pliegues de sus togas descubrí todo un mundo concentrado. Una cuestión de escalas, es decir, de espacio. Una porción de mármol podría ser la maqueta de un paisaje de varios kilómetros. Los pliegues tallados eran valles, mesetas y montañas. Un viaje en el espacio, pero también en el tiempo, a la infancia, a las películas de vaqueros, a los paisajes rocosos, escultóricos, que servían como fondo para una ficción. También me acordé de Tatooine, el desolado planeta que conocemos gracias a la saga de George Lucas. No es raro que las mentiras resulten mucho más convincentes que las verdades más sólidas.

Otro viaje, esta vez de retorno: la piedra, extraída hace siglos de la cantera en donde formaba parte de un paisaje y que el hombre modificó, vuelve a ser paisaje. Un paisaje recreado, como lo son todos, porque la mirada es subjetiva y el que decide qué selecciona y cómo, está en deuda con el pasado.

Por Paco Díaz

@PACODIAZSALAS