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El amor como necesidad de vida

El amor como necesidad de vida

POR SAM CHEVALIER

i@iamsamchevalier

En la vida es remotamente imposible evitar el amor, es como evitar la gravedad. De la misma manera es imposible evitar una mirada o sentir química; ruborizarnos por culpa de una explosión de hormonas al mirar a alguien que nos guste.

El amor nace cuando alguien decide declararle la guerra a la soledad y encontrar con quien combatirla; cuando el corazón quiere latir por otro propósito y las miradas quieren justificar su brillo; cuando anhelas aclimatar el alma e invitar a alguien que se quede.

El amor nace naturalmente de nosotros porque en el fondo queremos ilusionarnos, queremos creer, confiar, soñar y ser eso: una persona querida y protegida; no solo de manera física, sino de manera emocional.

Cuando entendemos que el amor es la cura a todo, empezamos a verlo como una necesidad: una fuente de risas y paz. De la misma manera, una fuente para sacar fuerzas y no permitirnos rendirnos. El amor más allá de ser eterno, es una necesidad de alma.

Esa chispa que vive en nosotros, que queremos descubrir y que llamamos alma, nos lleva a explorar en compañía de alguien las preguntas que solo el tacto puede responder: el sentirnos seguros y sin temor al futuro, esas ganas de querer ser eternos y olvidarnos de todo por breves instantes que sólo pueden ser posibles por el amor.

El amor son esas ganas de querer intentar hasta lo imposible por que funcione, es sentir que puedes volar sin tener alas, es creer en que algo durará para siempre o al menos convencerte de ello. En el fondo quieres recibir todo eso que das, sentir que tu vida está conectada indeleblemente con la de alguien más y seguir ese hilo rojo sin soltarlo. Al ser amados tenemos la esperanza viva de que seguiremos amando luego de esta vida, creer que habrá otra para repetirla con ese alguien, todas las posibilidades, todas las puertas se abren cuando descubres y sientes amor por una persona.

Amar te quita los miedos, a veces todo lo contrario. Tienes miedo de que termine, temor de que no dure, también temor de que la vida no baste para demostrar tantos sentimientos de un corazón que algún día ha de dejar de salir. Muy en el fondo nos convencemos de que cuando amamos a alguien, esos recuerdos son los que nos llevamos, y que podremos recordarnos o revivirlos luego de esta vida, que el alma es lo que somos, y eso que somos nunca desaparecerá; al menos eso queremos creer (evitando creer que la realidad sea simplemente dejar de existir, y que ese amor se pierda con nuestra existencia).

Sin duda alguna el ser humano necesita ser amado, el afecto es algo fundamental para sentirnos vivos, un beso que nos haga perder la noción del tiempo, una mirada que nos haga querer quedarnos en un sitio específico sin importar a dónde, siempre que sea con esa persona especial.

En ocasiones podemos fracasar, podemos prometernos temporalmente evitar enamorarnos por culpa de alguna decepción o capitulo trágico de nuestra vida, pero con el tiempo es totalmente natural que volvamos a querer, a sentir la necesidad de amar y ser amados por alguien, eso es seguro.

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